METAMORFOSIS

EL AUTOR
Esta obra fue escrita por Publio Ovidio Nasón
(Publius Ovidius Naso, en latín).
He aquí una selección
de algunas de las metamorfosis
recogidas por Ovidio
.
Ovidio
APOLO Y DAFNE
Apolo y Dafne de Waterhouse
NARCISO Y ECO

Narciso de Waterhouse
ARACNE
Aracne de G. Doré
PERSEO Y ANDRÓMEDA
Perseo y Andrómeda, fresco de Pompeya

DÉDALO E ÍCARO
Ícaro de Leighton



PROCNE Y FILOMELA
El banquete de Tereo de Rubens
MIDAS
Midas y Baco de N. Poussin

EL LABERINTO Y ARIADNA
Teseo matando al Minotauro
DEYANIRA Y HÉRCULES
Heracles, Deyanira y Neso
ORFEO Y EURÍDICE
Orfeo y Eurídice de Krantzenstein-Stub
ACIS, GALATEA Y POLIFEMO
Polifemo de A. Ottin
PÍRAMO Y TISBE
Píramo y Tisbe de C. Gautherot
LA SIBILA
Sibila de Delfos de Miguel Ángel

OVIDIO (43 a. C.-18 d. C.)

Pertenecía a una rica familia ecuestre y su educación, tras un largo viaje a Grecia, se orientó por deseos de su padre hacia la carrera judicial. Pronto empezó a frecuentar los círculos literarios de Horacio, Tibulo y Propercio, dedicándose por completo a la poesía, especialmente a la composición de obras largas. Fue desterrado en el Ponto Euxino durante 10 años por orden de Augusto y sus obras retiradas de las bibliotecas, debido, al parecer, por la publicación del Ars Amandi y por una oscura relación de Ovidio con Julia, nieta de Augusto. Desde el exilio escribió las Tristia y las Epistulae ex Ponto, narrando los duros y, a veces peligrosos años en esa tierra desierta.

Por orden cronológico, sus obras, casi todas escritas en dísticos elegíacos, son las siguientes:

- Amores, dedicados a Corina.
- Ars Amandi, tuvo un gran éxito desde su publicación y le acarreó más de un problema.
- Heroidas, en forma de cartas escritas por diversas heroínas mitológicas a sus héroes.
- Remedia amoris.
- Metamorphoses, en hexámetros dactílicos, relata una multitud de transformaciones de dioses y hombres en animales, plantas.
- Fasti, mes a mes describe las fiestas romanas, sólo escribió los seis primeros.
- Tristia y Epistulae ex Ponto, llenas de súplicas y desesperación.
- Ibis, larga imprecación contra uno de sus enemigos.
- Medea, su única tragedia.

Tuvo mucha influencia en los autores romanos tardíos y fue muy leído en la Edad Media y muy apreciado en el Renacimiento y en épocas posteriores lo rastreamos en autores como Shakespeare.

Publio Ovidio Nasón
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Apolo y Dafne de Bernini

APOLO Y DAFNE

En la mitología griega Dafne (en griego Δάφνη, ‘laurel’) era una dríade (ninfa de los árboles), hija del dios río Ladón de Arcadia con Gea o del dios río Peneo de Tesalia con Creúsa, una ninfa de las aguas que además era sacerdotisa de Gea.

Dafne fue perseguida por Apolo, a quien Eros había disparado una flecha dorada para que se enamorase de ella, pues estaba celoso porque Apolo había bromeado sobre sus habilidades como arquero, y también afirmaba que el canto de éste lο molestaba. Dafne huyó de Apolo porque Eros le había disparado a su vez una flecha con punta de plomo, que provocaba desprecio y desdén. Durante la persecución, Dafne imploró ayuda al dios del río Peneo, quien la transformó en laurel, árbol que desde ese momento se convirtió en sagrado para Apolo.

MÁS...

NARCISO Y ECO

Eco (en griego antiguo Ηχώ) es, en la mitología griega, una ninfa del monte Helicón, que amaba su propia voz. Fue criada por ninfas y educada por las Musas.

Cualquiera podía haberse enamorado de Narciso, incluso cuando era niño, y cuando llegó a los dieciséis años de edad su camino estaba cubierto de numerosos amantes de ambos sexos cruelmente rechazados. A Liríope, su madre, un oráculo le había predicho que la vida de su hijo sería larga, siempre que no viera su imagen reflejada. Liríope destruyó todos los espejos, pero aun así, Narciso pudo observarse en las tranquilas aguas de un estanque, quedando embelesado por lo que veía y despreciando a todos los que se acercaban enamorados a él. Entre esos amantes se hallaba la ninfa Eco, quien ya no podía utilizar su voz, sino para repetir las palabras ajenas, lo que constituía un castigo por haber entretenido a Hera con largos relatos mientras Zeus, su esposo, aprovechaba para sus aventuras amorosas. Un día en que Narciso salió para cazar ciervos, Eco lo siguió a hurtadillas a través del bosque sin senderos con el deseo de hablarle, pero incapaz de ser la primera en hablar. Por fin Narciso, viendo que se había separado de sus compañeros, gritó:

-¿Está alguien por aquí?
-¡Aquí! -repitió Eco, lo que sorprendió a Narciso, pues nadie estaba a la vista.
-¡Ven!
-¡Ven!
-¿Por qué me eludes?
-¿Por qué me eludes?
-¡Unámonos aquí!
-¡Unámonos aquí! -repitió Eco, y corrió alegremente del lugar donde estaba oculta a abrazar a Narciso. Pero él sacudió la cabeza rudamente y se apartó:
-¡Moriré antes de que puedas yacer conmigo! -gritó.
-Yace conmigo -suplicó Eco.

Pero Narciso se había ido. Eco lo siguió hasta el estanque donde el joven se consumía mirando con amor su propia imagen inalcanzable, hasta que no quedó de él más que una flor azafranada.

Eco de Cabanel
Hilanderas de Velázquez

ARACNE

Aracne (en griego antiguo ἀράχνη, ‘araña’) era la hija de Idmón de Colofón, un tintorero que teñía la lana de púrpura de Tiro. Era famosa en Hipepa (Lidia), donde tenía su taller, por su gran habilidad para el tejido y el bordado.
Las alabanzas que recibía se le terminaron subiendo a la cabeza y terminó tan engreída de su presteza como tejedora que empezó a afirmar que sus habilidades eran superiores a las de Minerva, la diosa de la sabiduría y la guerra, además de la artesanía. La diosa se enfadó, pero dio a Aracné una oportunidad de redimirse. Adoptando la forma de una anciana, advirtió a Aracne que no ofendiera a los dioses. La joven se burló y deseó un concurso de tejido donde pudiera demostrar su superioridad. Minerva se quitó el disfraz y el concurso comenzó.
Minerva tejió la escena de su victoria sobre Neptuno, que inspiró a los ciudadanos de Atenas a bautizar la ciudad en su honor. Εl tapiz de Aracné representaba veintidós episodios de infidelidades de los dioses, disfrazados de animales: Júpiter siendo infiel con Leda, con Europa, con Dánae, etc.
Incluso Minerva admitió que la obra de Aracne era perfecta, pero se enfadó mucho por la irrespetuosa elección del motivo. Perdiendo finalmente los estribos, destruyó el tapiz y el telar de Aracne, golpeándolos con su lanzadera, y también a la joven en la cabeza. Aracne advirtió su insensatez y quedó embargada por la vergüenza. Huyó y se ahorcó.
Minerva se apiadó de Aracne. Rociándola con jugo de acónito, aflojó la soga, que se convirtió en una telaraña, transformándose la propia Aracne en una araña.

PERSEO Y ANDRÓMEDA

Perseo es un héroe de la mitología griega, hijo de Dánae y Zeus.
Dánae había sido encerrada por su padre, Acrisio, rey de Argos, en una torre, para impedir que engendrara hijos, ya que un oráculo había anunciado a Acrisio que moriría a manos de su nieto. Sin embargo, Zeus se metamorfoseó en lluvia de oro y consiguió acceder a la estancia de Dánae y dejarla embarazada.
Dánae engendró a Perseo y, al enterarse, Acrisio los arrojó al mar en un cofre. Tras vagar durante mucho tiempo a la deriva, llegaron al reino de Serifos, donde fueron recogidos por Dictis, hermano del gobernante de la isla, el tirano Polidectes. Dictis fue para Perseo como un padre.
Después de matar a Medusa y cortarle la cabeza, Perseo encontró a Andrómeda encadenada a una roca, lugar donde había sido dejada por sus padres Cefeo y Casiopea para ser devorada por el monstruo marino Ceto por orden de un oráculo. Perseo se enamoró de ella y decidió liberarla, por lo que, tras pedir su mano a Cefeo y Casiopea, mató al monstruo con su espada o, según otras versiones, petrificando una parte del monstruo al mostrarle la cabeza de Medusa. Durante el banquete de bodas con Andrómeda, llegó Fineo, tío paterno de ésta y a la vez su prometido. Comenzó una batalla entre quienes apoyaban el enlace y los partidarios de Fineo. Al ver que su bando iba perdiendo, Perseo no tuvo más remedio que convertir en piedra a Fineo y a los que lo acompañaban con la cabeza de Medusa. Perseo y Andrómeda lograron finalmente casarse y llegaron a tener siete hijos.

Andrómeda y Perseo de Puget
Lamento por la muerte de Ícaro de H. James

DÉDALO E ÍCARO

En la mitología griega, Dédalo (en griego Δαίδαλος) era un arquitecto y artesano muy hábil, famoso por haber construido el laberinto de Creta. Dédalo tuvo dos hijos: Ícaro y Yápige.
Dédalo construyó un laberinto en el que estaba encerrado el Minotauro y del que escapó Teseo gracias al consejo de usar un hilo que le dio Ariadna.
El laberinto era un edificio con incontables pasillos y calles sinuosas abriéndose unos a otras, que parecía no tener principio ni final. Dédalo lo construyó para el rey Minos, pero tras ellο fue encerrado con su hijo Ícaro. El rey Minos quería el laberinto para encerrar en él al Minotauro, el hijo de su esposa Pasífae. Poseidón había maldecido a Pasífae y Dédalo le construyó una vaca de madera hueca para que pudiese aparearse con un toro.
Dédalo consiguió escapar de su prisión, pero no podía abandonar la isla, dado que Minos controlaba la tierra y el mar. Se puso entonces a trabajar para fabricar alas para él y su joven hijo Ícaro. Cuando al fin terminó el trabajo, Dédalo batió sus alas y se halló subiendo y suspendido en el aire. Equipó entonces a su hijo de la misma manera y le enseñó cómo volar. Cuando ambos estuvieron preparados, Dédalo advirtió a Ícaro que no volase demasiado alto porque el calor del sol derretiría la cera, ni demasiado bajo porque la espuma del mar mojaría las alas. Entonces padre e hijo echaron a volar. Pasaron Samos, Delos y Lebintos, y entonces el muchacho empezó a ascender. El ardiente sol ablandó la cera que mantenía unidas las plumas y éstas se despegaron. Ícaro agitó sus brazos, pero no quedaban suficientes plumas para sostenerlo en el aire y cayó al mar. Su padre lloró y lamentando amargamente sus artes, llamó a la tierra cercana al lugar del mar en el que Ícaro había caído Icaria en su memoria. Dédalo llegó sano y salvo a Sicilia bajo el cuidado del rey Cócalo, donde construyó un templo a Apolo en el que colgó sus alas como ofrenda al dios.

PROCNE Y FILOMELA

Según la mitología griega, cuando Pandión gobernaba Atenas, su reino fue acosado por los bárbaros y sólo Tereo, rey de Tracia, acudió en su ayuda y lo libró de estos ataques. En agradecimiento, el rey Pandión le ofreció en matrimonio a una de sus dos hijas, Procne y Filomela.
Tereo eligió entonces a Procne, la mayor. Pero se dice que Hera no bendijo esta unión. Tereo hizo caso omiso a estos presagios y llevó a Procne a Tracia y con ella tuvo un hijo, Itis.
Después de largos años, Procne sentía añoranza de su querida Atenas y de los momentos que vivía con su hermana. Rogó a Tereo que la dejase visitarla; éste accedió al encuentro, pero sólo si se llevaba a cabo en Tracia.
Así, Tereo marchó a Atenas y, tras convencer al rey de que dejase que su otra hija fuese a Tracia, embarcó con ella de vuelta a su reino. Pero de regreso a Tracia la juventud y la hermosura de Filomela hicieron a Tereo interesarse en ella y, pese a las súplicas de la misma, la forzó y, para que Procne nunca se enterase de ello, le cortó la lengua y la encerró en una solitaria prisión en el bosque.
Luego dijo a Procne que su hermana había muerto. Por su parte, Filomela tejió en su solitaria prisión y, con ayuda de un mensajero, logró que uno de sus tejidos llegara a manos de su hermana, que inmediatamente acudió a su ayuda.
Cuando al fin logró liberarla, Procne la llevó a su casa y fue tal el arrebato de rabia que tuvo, que al ver a su hijo Itis, lo mató y cocinó, organizando con él un gran banquete. Tereo, al llegar, fue recibido por su esposa con la mesa lista, y comió hasta saciarse.
Después del banquete, Filomela y Procne aparecieron de sorpresa con la cabeza de Itis en sus manos y le contaron lo que habían hecho. Este, indignado, se lanzó hacia ellas espada en mano y las persiguió por todo el bosque, hasta que los dioses intervinieron y convirtieron a Filomela en una golondrina y a Procne en un ruiseñor, que volarían siempre perseguidas por un gavilán, que no era otro que Tereo a quien le otorgaron esa forma como castigo.


Filomela y Procne de E. Gardener
Midas por Cristian León

MIDAS

En la mitología griega, Midas era rey de Frigia, e hijo de Gordias. Tenía una hija, Zoe. Por su hospitalidad con Sileno, Dioniso le otorgó el poder de convertir en oro todo cuanto tocara. Viendo que no podía comer los alimentos que a su contacto quedaban transformados en dicho metal, pidió al dios que le liberara de su don, para lo cual tuvo que bañarse en el río Pactolo, que desde entonces contuvo arenas auríferas.
Cuando Midas prefirió la melodía de la flauta de Pan a la de la lira de Apolo, este último, dolido, le hizo crecer orejas de burro. Desde entonces Midas las ocultó bajo un sombrero pero un barbero se enteró de ello y, para librarse del peso del secreto, confió a un agujero excavado en el suelo lo que sólo él conocía. Tras rellenarlo, se fue aliviado, pero con el tiempo crecieron juncos en el lugar y el viento, al pasar a través de ellos, dispersó el secreto por todo el mundo.

EL LABERINTO Y ARIADNA

Ariadna fue, en la mitología griega, la hija de Minos y Pasífae, los reyes de Creta que atacaron Atenas tras la muerte de su hijo Androgeo. A cambio de la paz, los atenienses debían enviar siete hombres jóvenes y siete doncellas cada año para alimentar al Minotauro. Un año, Teseo, hijo de Egeo, rey de Atenas, marchó voluntario con los jóvenes para liberar a su pueblo del tributo. Ariadna se enamoró de Teseo a primera vista y lo ayudó dándole una espada mágica y un ovillo del hilo que estaba hilando para que pudiese hallar el camino de salida del Laberinto tras matar al Minotauro. Ariadna huyó entonces con Teseo, pero éste la abandonó dejándola dormida en Naxos y Dioniso la encontró y se casó con ella. Fue ascendida a los cielos como la constelación Corona Borealis.

Laberinto
Apoteosis de Hércules

DEYANIRA Y HÉRCULES

Heracles mantuvo incontables aventuras amorosas con mujeres, de las que tuvo muchísimos hijos. En el transcurso de su vida Heracles se casó tres veces. Su primer matrimonio fue con Megara, a cuyos hijos mató en un ataque de locura provocado por Hera. Su segunda esposa fue Ónfale, la reina o princesa lidia a quien fue vendido como esclavo. Su tercer matrimonio fue con Deyanira, madre de Macaria y de Illo por quien tuvo que luchar con el dios río Aqueloo. Poco después de su boda, Heracles y Deyanira tuvieron que cruzar un río y un centauro llamado Neso se ofreció a ayudar a cruzar a Deyanira, pero entonces intentó violarla. Enfurecido, Heracles disparó una flecha envenenada (de la hidra de Lerna) al centauro desde la otra orilla. Agonizando, Neso le dijo a Deyanira que recogiese su sangre si quería asegurarse el amor de Heracles. Más tarde, cuando Deyanira sospechó que Heracles estaba enamorado de otra mujer, untó unas ropas con la sangre de Neso. Licas, el sirviente de Heracles, le llevó dichas ropas y, en cuanto éste se las puso, el veneno que contenía la sangre penetró en su cuerpo, provocándole un dolor insoportable. Heracles tomó a Licas por los pies y lo arrojó al mar, intentando luego quitárselas, pero se habían pegado a su carne. Deyanira, al ver lo que había hecho, se ahorcó. Heracles murió voluntariamente, pidiendo que se le construyera una pira para acabar con su agonía. Tras su muerte en esta pira los dioses lo hicieron inmortal, o alternativamente el fuego quemó la parte mortal del semidiós, quedando sólo la parte divina, se reconcilió con Hera y se casó con Hebe, una hija de ésta.

ORFEO Y EURÍDICE

Orfeo es un personaje de la mitología griega, hijo de Apolo y la musa Calíope. Hereda de ellos el don de la música y la poesía. Según los relatos, cuando tocaba su lira, los hombres se reunían para oírlo y hacer descansar su alma. Por ello enamoró a la bella Eurídice y logró dormir al terrible Cerbero, cuando bajó al inframundo a intentar resucitarla.
Eurídice , mientras paseaba con Orfeo, fue mordida por una serpiente y murió. En las orillas del río Estrimón, Orfeo se lamentaba amargamente por la pérdida de Eurídice. Consternado, Orfeo tocó canciones tan tristes y cantó tan lastimeramente, que todas las ninfas y dioses lloraron y le aconsejaron que descendiera al inframundo. Camino de las profundidades del inframundo, tuvo que sortear muchos peligros, para los cuales usó su música, ablandó el corazón de los demonios, e hizo llorar a los tormentos (por primera y única vez). Llegado el momento, con su música ablandó también el corazón de Hades y Perséfone, los cuales permitieron a Eurídice retornar con él a la tierra; pero sólo bajo la condición de que Orfeo debía caminar delante de ella y no debía mirar hacia atrás hasta que ambos hubieran alcanzado el mundo superior y los rayos de sol bañasen a Eurídice.
A pesar de sus ansias, Orfeo no volvió la cabeza en todo el trayecto, incluso cuando pasaban junto a algún peligro o demonio, no se volvía para asegurarse de que Eurídice estuviera bien. Llegaron finalmente a la superficie y, por la desesperación, Orfeo volvió la cabeza para verla; pero ella todavía no había sido completamente bañada por el sol, todavía tenía un pie en el camino al inframundo: Eurídice se desvaneció en el aire.

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Mosaico de Orfeo
Acis y Galatea

ACIS, GALATEA Y POLIFEMO


En la mitología griega, Galatea es una nereida de Sicilia amada por el cíclope Polifemo. Sus padres eran Nereo y Doris. Cuando Galatea rechazó a Polifemo en favor de Acis, un pastor siciliano, Polifemo lo mató arrojándole un canto rodado. Desesperada por el dolor, Galatea transformó su sangre en el río Acis.

PIRAMO Y TISBE

Píramo y Tisbe eran dos jóvenes babilonios durante el reinado de Semíramis. Habitaban en viviendas vecinas y se amaban a pesar de la prohibición de sus padres. Se comunicaban con miradas y signos hasta descubrir una grieta en el muro que separaba las casas. Así pudieron hablarse, enamorarse y desearse cada vez más intensamente, hasta una noche en que decidieron encontarse junto al monumento de Nino, al amparo de un moral que allí había, al lado de una fuente. Tisbe llegó primero, pero una leona que regresó de una cacería a beber de la fuente la atemorizó y huyó, cayéndosele el velo. La leona jugueteó con el velo, manchándolo de sangre. Al llegar, Píramo descubrió las huellas y el velo manchado de sangre, y creyó que el animal había matado a Tisbe, por lo que se suicidó clavándose su propio puñal. Su sangre manchó el fruto del árbol y pasó de blanco a púrpura. Tisbe, con miedo, salió cautelosamente de su escondite. Cuando llegó al lugar, vio que las moras habían cambiado de color y dudó de si era o no el sitio convenido. Vio a su novio agonizante, lo abrazó y, a su vez, se suicidó.

Tisbe de Waterhouse
Sibila Cumana

LA SIBILA

Sibila era hija de Teodoro y de una ninfa. Nació en una gruta del monte Córico. Se le concedió el don de la profecía y hacía sus predicciones en verso. Apolo era el dios que inspiraba las profecías y le prometió concederle un gran deseo. Sibila cogió un puñado de arena en su mano y pidió vivir tantos años como partículas de tierra había cogido; pero se le olvidó pedir la eterna juventud, así es que con los años empezó a consumirse tanto que tuvieron que encerrarla en una jaula que colgaron del templo de Apolo en Cumas. La leyenda dice que vivió nueve vidas humanas de 110 años cada una.


APOLO Y DAFNE


ORFEO Y EURÍDICE





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